En
anteriores entradas realicé un análisis histórico artístico de la evolución del
edificio, enmarcándolo en el modernismo y los neoclasicismos. También teoricé
sobre las posibles reformas padecidas por el inmueble y sobre su estado en las
décadas de 1920 y 1930. Gracias a la ayuda de la Dra. Poblador he conseguido
darme cuenta del error en mis explicaciones artísticas y, junto a una mayor
indagación en los documentos fotográficos, evolutivas del inmueble.
El edificio
no corresponde a un estilo modernista, como bien afirmé anteriormente, sino a
un “revival” del Neoclasicismo. Con la ayuda de la Dra. Poblador, versada en
Historia del Arte y principalmente en la arquitectura de finales del XIX y
principios del XX, (abogando así por la interdisciplinariedad en la gestión del
patrimonio) he podido observar como el edificio corresponde más a esa “pervivencia
del clasicismo”.
Esto se debe
a que durante el siglo XIX se busca un estilo que represente a la nueva era del
progreso y la industrialización, por este motivo lo primero que hacen es
inspirarse en el pasado: en los neogóticos o en el neomedieval, neobarroco,
etc. Así también se inspiran en el neoclasicismo del siglo anterior. Se trata
de una tendencia que mantiene el gusto por lo clásico en el orden, la armonía,
el equilibrio, etc. Esta se desarrolla a lo largo del siglo XIX e incluso
entrando en el siglo XX, es un estilo que se intenta denominar como un “clasicismo
romántico”.
Según me ha
explicado la Dra. Poblador, este tipo de edificaciones entre finales del XIX y
principios del XX, estaban inspiradas en algunos modelos como el Petit Trinanon
de Versalles.
Se puede
apreciar como las balaustradas que recorren la cubierta y los porches
laterales, o las pilastras adosadas de la fachada, son similares a los de este
edificio de Versalles.
Algún
ejemplo similar en Aragón puede ser uno de los ya desaparecidos hotelitos de la
plaza Aragón en Zaragoza, como el que sirvió de sede del Gobierno Civil.
Por otro
lado, en el caso de la evolución histórica del edificio, he podido comprobar cómo
algunas de mis especulaciones en torno a su estado entre 1920 y 1930 pueden ser
incorrectas. Pongo una serie de fotos antiguas del edificio y otras actuales
con algunas marcas en ellas para establecer una comparación que ayude a
defender mis hallazgos que explicaré más adelante.
LAPUENTE SAN PEDRO, R. Tarazona. Instantáneas del pasado. C.E.T. Institución Fernando el Católico, Tarazona, 2008.
El coche de los señores Lizarbe a la entrada de su casa. Foto de
LAPUENTE SAN
PEDRO, R. Tarazona. Instantáneas del
pasado. C.E.T. Institución Fernando el Católico, Tarazona, 2008.
Foto propia
Foto propia
Como se
puede observar en las fotografías, la casa solo constaba de cuerpo central
dividido en tres bloques, separados por las distintas pilastras adosadas. Estas
coincidencias se pueden apreciar gracias a la situación del las ventanas y de
las rejerías de los tragaluces, con doble ventanal y tragaluz en el centro y
una ventana y tragaluz en cada uno de los bloques laterales. A partir de aquí,
en cada una de las fotos se puede observar como del inmueble arranca un tapial
por cada lado que es precedido a muy escasa distancia de dos portones idénticos
en cada lado, los cuales actualmente han desaparecido y en su lugar se
encuentran ambos porches laterales, siendo el izquierdo completamente cerrado. En
el caso del lado derecho del tapial, el portón sustituido por un porche abierto
también tiene practicada una entrada solo accesible para personas, mientras que
más a la derecha se practicó otro portón con distinto remate que los anteriores.
Estas diferencias, son muy poco apreciables en el caso de los materiales
constructivos del edificio, ya que se debió usar el mismo material y estilo
para sustituir los portones por los anexos laterales. Solo se intuye algo a ras
de suelo en las rejerías laterales que hay una pequeña grieta vertical que
establece las divisiones de los antiguos portones con los nuevos anexos. Es más
en el caso del anexo izquierdo, también se tuvo que ampliar el sótano, como
parece indicar la presencia de un nuevo tragaluz con la misma tipología de rejería
que las del cuerpo central del edificio.
A pesar de
esto hallazgos, surgen otras incógnitas entorno al inmueble, como de cuando
datan las reformas del edificio, que sucedió en el tapial izquierdo pasado el
anexo (donde se puede ver un trozo de muro de distinta factura y distinta rejería),
cuando y quien hizo el edificio original y quien fue el que llevo a cabo las
reformas, entre otras cuestiones. La mayoría de estas sigue siendo un misterio,
pero para la datación de las reformas, he podido estimar unas fechas que las
deben enmarcar entre la década de 1920 y/o la década de 1930. Este se debe a
que el estado anterior a las reformas lo corrobora una transmisión de propiedad
de 1912[1]
y el coche que aparece en unas de las fotos de más arriba (ya que ese modelo no
puede ser de la década de los 10 y el autor de la foto identifica a los
ocupantes como la familia Lizarbe en la entrada de su casa, la cual no es
comprada por la familia hasta 1922). El límite que establezco de la década de
1930 como máximo para acometer las reformas la marca un documento, el Registro
Fiscal de la propiedad de 1938[2],
donde ya aparece en su estado actual con las reformas acometidas.
[1] Archivo
de la notaria de Fermín Moreno Ayguade, Protocolo notarial de 1912, tomo1º, 9º
folio y nº 79 págs. 313-330
[2] Archivo
Municipal de Tarazona, Registro Fiscal, nº de matricula 3.020
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